Escuelas Católicas reflexiona sobre el encuentro con el otro, el cuidado, la atención y los espacios que acogen
Escuelas Católicas reflexiona sobre el encuentro con el otro, el cuidado, la atención y los espacios que acogen
Escuelas Católicas celebra desde ayer en Granada su XVI Congreso bajo el lema “Inspiradores de Encuentros”, con la participación de cerca de 2.000 educadores. En su segunda jornada se habló de encuentros en clave samaritana, del encuentro con el diferente, de aquellos encuentros que nos transforman para toda la vida, de la importancia del encuentro con la realidad y de los espacios físicos como lugares de acogida.
Diversidad, diálogo y solidaridad fueron las tres palabras claves de la primera ponencia de esta jornada en la que se encontraron Cristina Inogés, teóloga y miembro de la Comisión Metodológica del Sínodo y Álvaro Ferrer, politólogo y responsable de Política Educativa en Save the Children. Este encuentro estuvo conducido e inspirado por Tíscar Espigares, responsable en España de la Comunidad de Sant’Egidio, y una persona que lleva años inspirando encuentros entre personas muy diferentes con el horizonte de la paz.
“El encuentro con el otro nos construye y nos enriquece”, esta fue la idea principal de esta ponencia. Los tres coincidieron en defender la necesidad de lograr una escuela que haga crecer en los niños el sentido de la responsabilidad sobre los otros, dándoles responsabilidades y, al mismo tiempo, una escuela que les abra los ojos a la realidad, el encuentro con el vulnerable desde el diálogo y la solidaridad.
Constataron que, en un mundo en continuo cambio e hiperconectado, nos encontramos bastante solos, especialmente nuestros alumnos, no hay encuentro con el diferente y “nos cuesta reconocer la pobreza que tenemos delante porque nos interpela”, según subrayó Ferrer. Debemos, en opinión de los tres ponentes, buscar el encuentro para eliminar los miedos sobre el otro. Los maestros tienen además que ayudar a los jóvenes a construir su identidad y a cambiar la pregunta “¿quién soy?” por “¿para quién soy?”, una pregunta que no se hace mirándose al espejo, sino mirando hacia fuera, sin miedo a pensar que todo lo que viene de fuera nos ataca, “haciéndonos preguntas”, como señaló Inogés, y “educando la mirada para ver al otro como hermano”, según Tíscar Espigares.
Encuentro que transforma
Para reflexionar sobre la importancia de la cultura del cuidado se contó con Ana Berástegui, directora del Instituto Universitario de la Familia (UPC), Arturo Cavanna, ex director general de la Fundación ANAR, y Paco Arango, fundador de la Fundación Aladina y director de cine.
Berástegui, recordó que una de las claves del cuidado es la escucha, y que para que esta sea posible es imprescindible tener “tiempo” y desarrollar la empatía emocional. También señaló la necesidad de fomentar que nuestros alumnos se sientan seguros en todas las etapas, no solo en Infantil, porque los adolescentes también necesitan sentirse seguros para “explorar la diferencia”.
Cavanna también incidió en la importancia de escuchar a niños y adolescentes, de dedicarles tiempo para que hablen de todo lo que les preocupa, y lo contó desde el conocimiento profundo de su experiencia al frente de la Fundación ANAR que a diario recibe miles de llamadas de menores para contar los problemas que sufren en su entorno.
El cuidado para Arango, en su labor diaria, es dedicar atención a los pequeños enfermos de cáncer que están hospitalizados y, sobre todo, a sus familias. “En los hospitales intentamos que los niños sigan siendo niños, eso es parte del cuidado”, aseguró.
Hablaron también de la incidencia de la pandemia en la salud mental de los niños y adolescentes, del duelo en la infancia y de los encuentros que los han transformado. Cavanna recordó cómo le marcó en su infancia el abuso de algunos compañeros sobre otros más débiles, lo que despertó en él el espíritu de defensa y protección. Arango trajo al auditorio una frase que le dedicó un religioso amigo: “Dios es tu amigo”, unas palabras que reafirma, pues según él “es un amigo que siempre escucha”.
Atención sostenida
Catherine L’Ecuyer habló del encuentro con la realidad y de cómo mantener la atención. Respecto a la atención, distinguió entre atención sostenida, que es la actitud de apertura ante la realidad, ante lo que acontece, y la fascinación pasiva, que es la actitud del que está a remolque de los estímulos.
Aseguró que la verdadera atención nace del contacto con la realidad, como hacen los niños pequeños, que aprenden a través de experiencias sensoriales que les permiten “aprender a valorar lo bueno, lo bello y lo verdadero”, y manifestó que esta atención se ve alterada cuando nos exponemos de forma prolongada a estímulos rápidos mantenidos, porque se aumenta el umbral del sentir y se acorta el tiempo de reacción de nuestros sentidos.
Para L’Ecuyer la multitarea es el primer enemigo de la atención sostenida porque “no se pueden hacer dos actividades a la vez que requieren procesar la información” y lleva a ser “enamorado de la irrelevancia”.
Encuentro en territorio presencial
Para hablar de la escuela católica como espacio físico de acogida en situaciones críticas como las vividas por los colegios durante la pandemia, con el volcán de La Palma o con la acogida de alumnos ucranianos, estuvieron José Romero, director pedagógico del Colegio Vedruna de Villaverde Alto (Madrid), Encarnació Badenes, misionera de Nazaret y directora del Colegio Sagrada Familia de Los Llanos de Aridane (La Palma) e Ion Aranguren, escolapio y miembro del equipo de titularidad del Colegio Escolapios Cartuja de Granada. Los tres compartieron una emotiva y emocionante ponencia en la que reflejaron cómo las escuelas católicas transforman personas, espacios y vidas para ayudar, acompañar, acoger, abrazar a los que más lo necesitan. Lejos de ser escuelas excluyentes, demostraron con su testimonio que son escuelas que acogen cualquier diversidad y adversidad.
José Romero con su testimonio mostró cómo su escuela es lugar de ayuda, misión, acogida y resiliencia cada día, pero también cuando se necesita escolarizar a cuatro niñas ucranianas; y de cómo la tecnología, la música, la mirada… todo vale para encontrarnos con el otro, abrazar su necesidad y devolverles su dignidad.
Por su parte, Ion Aranguren habló de hacer presencia y encuentro donde más falta hace y, en su caso, en un barrio con muchas necesidades donde la escuela transforma a la persona pero también el entorno, y donde el acompañamiento se hizo aún más difícil con la pandemia al aumentar el absentismo, la brecha digital, las dificultades de aprendizaje, la ausencia de hábitos saludables, etc.
Con mucha emoción contenida, Encarnació Badenes recordó lo vivido en La Palma y, concretamente en su colegio, donde 90 alumnos perdieron sus casas, 50 familias se vieron afectadas por el volcán y cinco trabajadores del centro. Un volcán que sepultó prácticamente la isla pero que sacó lo mejor de la escuela católica, su capacidad de escucha para saber cómo estaban sus profesores, sus alumnos, sus familias; la empatía, para acoger y abrazar a quien lo ha perdido todo; y esperanza para desde el primer momento mirar hacia delante haciendo una vez más a la escuela lugar por excelencia de encuentro.
Otro encuentro con humor
Ignacio Gil, más conocido en TikTok como Nachter, comenzó su intervención dando las gracias a todos los asistentes porque son “héroes sin capa que tienen un impacto directo en el futuro de este país”. A lo largo de su divertido discurso compartió vídeos y anécdotas, y descubrió las claves para conectar con los alumnos a través del humor: reírse de uno mismo; pensar en positivo; relativizar los problemas; desarrollar la sensibilidad y la empatía; y cuidar el lenguaje corporal. Invitó además a emplear el humor en nuestro día a día, porque “hace el camino mucho más agradable”, porque anima a quien lo pasa mal, genera confianza y amistad y, además, es algo que toda persona puede compartir para cambiar el ambiente que nos rodea. “La vida es solo una, vamos a tomarla con humor”, concluyó.
Encuentro musical
El cierre de la segunda jornada de “Inspiradores de Encuentros” corrió a cargo del músico David DeMaría, quien dedicó a los congresistas algunas de sus canciones más representativas de sus 25 años de trayectoria musical. En este encuentro también hubo tiempo para las palabras, y entre canción y canción habló sobre cómo la paternidad se ha convertido en su fuente de inspiración a la hora de componer, del respeto que siente por la profesión y el público, que siempre le ha llevado a escribir letras poéticas muy alejadas de lo que escuchan hoy día los jóvenes. “No me gusta que las nuevas generaciones se críen con estas letras, a mí me enseñaron de pequeño a respetar al propio respeto”, aseguró.
Toda la información sobre este evento, organizado por Escuelas Católicas con la colaboración del Banco Santander, McYadra, SM, Edelvives, Edebé y Serunión, está disponible en la web del Congreso (https://inspiradoresdeencuentros.escuelascatolicas.es/), en la página web de Escuelas Católicas (www.escuelascatolicas.es) y en los perfiles de Escuelas Católicas en redes sociales (con el hashtag #InspiradoresDeEncuentros). Además, se pueden descargar las fotografías del Congreso en nuestra cuenta de Flickr.